Arquitectura, diseño y envejecimiento

Mar 14 / Laura Monge
El envejecimiento de la población es un fenómeno global que plantea retos significativos en términos de planificación urbana y diseño arquitectónico. En este contexto, la accesibilidad, el diseño ergonómico y la creación de espacios sociales son elementos fundamentales para garantizar la calidad de vida y la autonomía de las personas mayores. Desde la eliminación de barreras físicas hasta la integración de soluciones prácticas para las actividades diarias, el diseño arquitectónico desempeña un papel crucial en la creación de entornos habitables y seguros. Además, la adaptabilidad a los cambios en la salud y la promoción de la socialización son aspectos clave para garantizar un envejecimiento activo y pleno. En este contexto, exploraremos cómo el encuentron entre arquitectura, diseño y envejecimiento puede conducir a la creación de entornos que respalden el bienestar y la independencia de las personas mayores.

Accesibilidad universal

Con el fin de potenciar la autonomía de las personas mayores en los entornos donde desarrollan su actividad cotidiana, es esencial atender a factores que influyen directamente en su calidad de vida. Algunas de las medidas que podemos emprender son:
  • Eliminar barreras físicas y crear entornos accesibles: rampas, pasillos más anchos y sistemas de iluminación adecuados, ayudan a mantener la autonomía de la persona mayor.
  • Diseño conociendo las necesidades y preferencias de los futuros usuarios: adaptar el diseño creando entornos accesibles, reconocibles, significativos y hogareños. 
  • Construir baños accesibles: instalar elementos de apoyo para facilitar las ABVDs, el libre movimiento y la prevención de caídas. 
  • Zonas de descanso y socialización:  incluir zonas diferenciadas para el descanso, la privacidad y la socialización, con asientos cómodos, zonas de sol/sombra y elementos naturales. 

Diseño ergonómico y funcional

Cuando hablamos de diseño ergonómico, nos referimos a la disciplina que busca adaptar productos, sistemas y entornos para que sean compatibles con las capacidades y limitaciones físicas y mentales de las personas que los utilizan.

El objetivo principal de la ergonomía es mejorar la eficiencia, la seguridad y el confort en la interacción entre las personas y su entorno, ya sea en el trabajo, en el hogar o en otros contextos.

Un buen diseño ergonómico favorecerá la accesibilidad universal y la salud psicofísica de las personas.
Aquí podríamos añadir otra serie de medidas a aplicar:
  • Mobiliario ajustable:
    - Camas ajustables en altura:
     permiten a la persona ajustar la altura de la cama para facilitar la entrada y salida y adaptarse a sus necesidades personales. 
    - Sillas reclinables ergonómicas: proporcionan comodidad y apoyo y ayudan a mejorar la postura. Además, presentan opciones de ajuste según las preferencias de cada persona.
  • Cocinas adaptadas:
    - Electrodomésticos de fácil acceso: colocados a alturas accesibles.
    - Encimeras ajustables en altura: permiten ajustar la altura según la persona y sus necesidades y así facilitar la realización de las ABVDs de manera autónoma.
  • Iluminación ergonómica:
    - Sistemas de iluminación regulable: ofrecen la posibilidad de ajustar la intensidad de la luz según las actividades que se realizan y las necesidades y preferencias de la persona.
    - Iluminación dirigida: es la iluminación colocada estratégicamente para evitar sombras y mejorar la visibilidad.

Espacios para la socialización

La soledad, junto con el aburrimiento y la desesperanza, son las 3 plagas que Bill Thomas (EDEN Alternative) identificaba en las residencias tradicionales. Por eso, el diseño arquitectónico debe poner el foco en la creación de espacios que cubran las necesidades de las personas desde un enfoque integral. Y cobra especial importancia el buscar un adecuado equilibrio entre los espacios que respetan la privacidad y la intimidad de la persona y los que favorecen la socialización y la actividad propia de un hogar. 

Tan importante es el acceso a zonas exteriores, espacios verdes y salas acogedoras y hogareñas que animan al encuentro, como el diseño adecuado de habitaciones y espacios cómodos que respeten la privacidad y faciliten la intimidad.

Los espacios de socialización, ya sean en interior o exterior, se convierten en epicentros de la vida diaria en los que se comparten historias, se crean relaciones y se fortalecen vínculos. Donde todo cobra sentido. 

Seguridad

La seguridad es un aspecto íntimamente ligado a la accesibilidad y al diseño ergonómico. Para garantizar la seguridad de los espacios podemos tener en cuenta los siguientes aspectos: 
  • Superficies antideslizantes en zonas de mayor riesgo de accidentes: la utilización de materiales antideslizantes en suelos previene las caídas y facilita la deambulación. 
  • Señalética accesible: el uso adecuado de la señalética hace más comprensible el entorno, facilita la orientación, permite la deambulación y potencia la autonomía. 
  • Tecnología asistencial: integrar en el diseño soluciones tecnológicas asistenciales como los sistemas e-health que permiten automatizar ciertas tareas y monitorear los cuidados.   
  • Prevención de caídas en jardines:  incorporar algunas medidas tales como la nivelación adecuada del terreno, senderos antideslizantes y áreas de descanso en lugares estratégicos contribuye a la prevención de accidentes. 

Adaptabilidad a los cambios de salud

La adaptabilidad a los cambios en la salud de las personas mayores es un pilar fundamental en el diseño arquitectónico centrado en sus necesidades y preferencias. En un envejecimiento dinámico, donde las necesidades de salud pueden evolucionar, el entorno construido debe ofrecer flexibilidad y respuestas ágiles. Este enfoque de prevención no solo busca facilitar el acceso y la utilización de tecnologías de asistencia, sino también asegurar que el entorno habitable sea un aliado en la promoción de la independencia y la calidad de vida de las personas que experimentan fases de deterioro de su salud. 
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Conclusión: creando entornos para un envejecimiento pleno

En el punto de encuentro entre arquitectura, diseño y envejecimiento se encuentra la oportunidad de crear entornos favorecedores de un envejecimiento autónomo, activo y pleno.

En definitiva, la arquitectura y el diseño deben evolucionar sabiendo reconocer y dar respuesta a las necesidades cambiantes de una sociedad que envejece a un ritmo acelerado. Para ello deben situar a la persona en el centro de la planificación y construcción de entornos habitables, sostenibles y significativos, sabiendo atender sus necesidades, valores y preferencias y dando la posibilidad de tener una vida con sentido.