El cuidado empieza con nuestro propio equipo

Feb 17 / Judit Pelaez
Como directora de la Residencia IDEA José Ramón Zalduendo de Caparroso, tengo el privilegio de trabajar junto a un equipo comprometido y apasionado por el cuidado de las personas mayores.
Sin embargo, a menudo nos olvidamos de una pieza fundamental en este engranaje: cuidarnos a nosotros mismos como profesionales.
La labor que realizamos día a día puede ser muy exigente y, en ocasiones, agotadora. A esto hay que añadirle el frenético ritmo de vida fuera del centro. Por eso es fundamental reconocer que, para ofrecer un cuidado de calidad a las personas residentes, primero debemos cuidar de nuestra salud mental y física.

Cuidarse para cuidar mejor

Un equipo feliz y motivado es capaz de generar un ambiente cálido y positivo. Es por ello que cuando invertimos en el bienestar emocional de los profesionales y se sienten valorados, esto repercute positivamente en el buen trato a los residentes. Se transmite, se contagia. Por ello es tan importante cuidar de nuestro bienestar emocional.
Otro de los aspectos fundamentales es la formación: apostar por la formación continua del equipo es vital. La actualización de conocimientos, estrategias, herramientas y habilidades no solo empodera, sino que también mejora la calidad del cuidado que brindamos. La formación adecuada nos permite tener mayor confianza en la labor que desempeñamos y gestionar situaciones complicadas con mayor eficacia. Creía que las actividades eran una pérdida de tiempo, que no valían para nada.

El espacio como tercer cuidador

Qué decir de la necesidad de crear espacios de escucha, donde podamos compartir desafíos, emociones, experiencias...
Fomentar una comunicación abierta ayuda a construir lazos y fortalecer la cohesión del equipo. Un ambiente donde se siente apoyo repercute directamente en la atención que después ofrecemos a nuestros residentes y a las familias.
Del mismo modo repercute también el reconocimiento y la gratitud al equipo. A menudo, una simple palabra de agradecimiento verdadero puede hacer maravillas. Celebrar los logros, por pequeños que sean, contribuye a la motivación del equipo. Cada gesto cuenta y cada esfuerzo debe ser reconocido.

Apoyar proyectos de vida

Mucho se habla de trabajar la historia de vida y proyecto vital de cada residente, pero, ¿qué hay del proyecto personal de los profesionales?
En nuestro centro creemos en el equilibrio trabajo-vida persona y lo fomentamos. En este sentido, es crucial que seamos todo lo flexibles que podamos, aunque nos cueste más quebraderos de cabeza, ya que es crucial que los profesionales tengan tiempo para desconectar y recargar pilas. Hay que ser empáticos y facilitar el todo lo que podamos la conciliación y el cuidado de los seres queridos.
Recordemos que el bienestar de quienes cuidan es una prioridad. Y que al intervenir en los profesionales, estamos interviniendo a su vez en el bienestar de las personas residentes.